Para elegir el modelo de colchón más adecuado para cada persona es importante tener en cuenta valores como el peso y la altura, además de otros aspectos como las peculiaridades y preferencias personales a la hora de dormir. Por norma general, se aconseja que el colchón aporte una firmeza media y una gran adaptabilidad. Un colchón demasiado duro es tan perjudicial para el cuerpo como uno excesivamente blando.

En la actualidad hay materiales innovadores que consiguen un buen equilibrio entre resistencia y confort. El material viscoelástico, por ejemplo, combinado con muelles ensacados o muelles double offset, permiten que el colchón se amolde a la perfección a nuestra anatomía de forma que nuestro cuerpo descansa en su posición natural sin forzar posturas incorrectas.
En el caso de padecer algún problema en los huesos o la columna, debe de ser un facultativo el que indique el tipo de descanso más adecuado, y en base a esto, cualquier asesor en descanso le podrá indicar el modelo de colchón más apropiado.

Se recomienda que el colchón sea 15 cm más largo que la persona más alta que duerma en el mismo. El ancho mínimo recomendable es de 90 o 105 cm, en el caso de colchones individuales, y de 150 cm para los colchones dobles.

Astral utiliza en sus colchones tres tipos de bloques de muelles distintos: el bloque de muelles Bonnell, compuesto por muelles tradicionales bicónicos helicoidales y entrelazados de gran resistencia; el bloque de muelles Double Offset, con un 25% más de muelles que los colchones convencionales y doble número de vueltas en las espirales de unión; y los colchones de muelles ensacados, que a diferencia de los dos bloques anteriores, están formados por un conjunto de muelles independientes en lugar de un bloque de muelles integrado en una carcasa.

Mientras que en los bloques de muelles tradicionales el equilibrio y la capacidad de soporte se convierten en las principales ventajas, los muelles ensacados destacan por mantener una total independencia de las zonas de descanso, puesto que en cada zona de presión sólo actúan los muelles de dicha zona y no el bloque completo de muelles. Esto se traduce en una total estabilidad al movimiento de ambos lados del colchón.

Los colchones viscoelásticos o de látex no dan calor por sí mismos, ya que son materiales atérmicos. Aún así, al tener más parte de nuestro cuerpo en contacto con el colchón gracias a su adaptabilidad, la sensación de calor corporal puede aumentar.
En los colchones de muelles la ventilación es ligeramente superior ya que siempre quedan huecos entre el colchón y el cuerpo por los que puede circular el aire.

Se hace referencia a colchones de látex 100% cuando en el núcleo se mezclan látex natural y látex sintético, sin la utilización de otro tipo de espumas o compuestos.
Normalmente el porcentaje de látex natural de los colchones anunciados como látex 100%, suele oscilar entre el 0 y el 20%, siendo el resto látex sintético. Se hace referencia a colchones de látex 100% natural, cuando los núcleos tienen por lo menos un 85% de látex natural en su composición.

Los colchones de látex requieren una transpiración superior a la del resto de colchones para evitar la acumulación de humedades. Por ello, están dotados de canales transversales de ventilación que facilitan la circulación interior del aire.

El soporte ideal para este tipo de colchones es un somier multiláminas, que también podría ir integrado dentro de un canapé. Las bases tapizadas o los canapés con tapa rígida en este caso no son aconsejables.

El material viscoelástico minimiza la sensación de presión sobre la superficie que está en contacto con él. Al tumbarse sobre un colchón de este material muchas personas tienen la sensación de ingravidez. Por ello es desaconsejable para las personas que sufren vértigo.

No existe un patrón específico para definir cuál es la dureza ideal de una almohada, dependerá de nuestro peso y de la postura en que acostumbramos a dormir, aunque siempre deberemos intentar que sea una almohada de calidad que nos permita una correcta postura de las cervicales.

No existe un patrón que defina la altura ideal de las almohadas pero siempre deberemos intentar que sea una almohada de calidad que nos permita una correcta postura de la columna vertebral. Para los niños tenemos que procurar que las almohadas tengan una menor altura.

Las almohadas cervicales sujetan el cuello, la nuca y la cabeza para mantener las cervicales protegidas en todo momento. Este tipo de almohada se recomienda para personas que duerman boca arriba o de costado y no es aconsejable para aquellas personas que tiendan a moverse mucho ya que les puede resultar algo incómoda.

Dos almohadas individuales nos permitirán descansar de forma más cómoda y adecuada.

Es muy importante que la funda permita una perfecta transpiración del colchón (como las fundas de algodón 100%), ya que en caso contrario, se condensaría la humedad, afectando con ello el núcleo del colchón.

Existen fundas especiales que evitan el calado de líquidos y garantizan la transpiración.

Las bases tapizadas son uno de los soportes más duraderos que existen. Están compuestas por un tablero de madera acolchado, con soporte de una estructura metálica reforzada de tubo de acero con 4 o 5 barras transversales.

La base más adecuada depende del tipo de colchón. Para los colchones de muelles puede utilizarse cualquier tipo de soporte. En el caso de los colchones de látex o de material viscoelástico la opción ideal es un somier multiláminas que permita una buena aireación del colchón. Para los colchones de muelles ensacados la base más recomendable es una base rígida, ya que proporciona una superficie total de soporte a los muelles.

Los somieres de metal son más ligeros y económicos pero son menos estéticos.

Los somieres de madera tienen una mayor estética, una mayor duración y carecen de cargas estáticas. En ambos casos será de gran importancia el tipo de láminas que lleve el somier. Astral recomienda láminas de madera tratada y tacos basculantes para una mejor adaptación al cuerpo.